El
jueves hablamos en clase de lo afortunados que éramos por poder ir al colegio
todos los días, pero no sólo eso…también hablamos de la distancia que
recorremos para llegar a clase y las condiciones de nuestras aulas.
Vimos que en lugares no muy lejanos hay niños y
niñas que tienen que recorrer kilómetros para llegar a su escuela. Una vez
allí, nos decía la lectura, los niños se sientan en bancos destartalados y
estudian bajo un techo de chapa que aumenta la temperatura hasta 40 grados. A
pesar de todo, estos niños agradecen poder contar con un lugar donde aprenden
cada día un poquito más…
¿Recordáis
el ejemplo del caramelo? Tenedlo siempre presente. Agradeced todo lo que tenéis
porque hay niños que se conformarían con tener una mínima parte de lo que
tenemos nosotros.
Pinchad en la siguiente foto para descubrir los caminos más peligrosos que realizan niños como vosotros para llegar al colegio.
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